Acompañar a la Virgen de Belén en una romería es peregrinar. Caminar. Acelerar el paso. Parar un poco a reponer fuerzas. Pasar calor. Compartir almuerzo o merienda. Mirar la imagen de la Virgen y orar. Es una experiencia que merece la pena vivir algunas (o muchas veces).
Pero ¿se puede ir volando al Santuario de Belén? ¿Por qué no?. Nos hemos adelantado a la romería y ¡hemos ido volando! Te mostramos el Santuario como nunca lo habías visto. Síguenos en las redes sociales y compártelo.